Crónica del triste final del Titán
Cuatro días después de desaparecer en las aguas del Océano Atlántico, la Guardia Costera confirmó ayer, jueves, que encontró los restos del sumergible Titán, que viajaba con cinco personas para ver los restos del Titanic.
Con el hallazgo se acaban las esperanzas de encontrar con vida a los cinco tripulantes, millonarios y exploradores, de este viaje que arrancó el pasado viernes y que ha acabado de manera trágica.
Aquí la cronología de un suceso con guion de película de Hollywood, pero sin su final feliz.
EL SUMERGIBLE DESAPARECE
El Titán, remolcado por el barco “Polar Prince”, partió el viernes desde el puerto de San Juan de Terranova, en Canadá, hacia el lugar del hundimiento del Titanic.
La misión de bajar a ver los restos del barco, hundido en 1912 tras colisionar con un iceberg, tenía que haber durado diez horas. La empresa OceanGate Expeditions era la dueña y operadora del sumergible, empleado para llevar a cabo expediciones en aguas profundas.
En su página web, la compañía ofrece viajes de ocho días y siete noches para visitar los restos del Titanic, que se encuentran a unos 3.800 metros de profundidad, por un precio aproximado de 250.000 dólares.
Fue el pasado lunes cuando la compañía informó que llevaba desde el domingo sin tener contacto con el sumergible. Desde ese mismo domingo, la Guardia Costera de Estados Unidos inició una extensa operación de búsqueda con ayuda de Canadá para localizar al aparato.
Las labores de rescate se centraron en un área ubicada aproximadamente a 900 millas (1.450 kilómetros) del Cabo Cod de Massachusetts. El sumergible podía encontrarse tanto en la superficie como bajo del océano, a una profundidad de hasta 13.000 pies (unos 4.000 metros).
Según los primeros datos de OceanGate Expeditions, la embarcación contaba con provisiones para que los tripulantes pudieran sobrevivir en su interior durante cuatro días.
40 HORAS DE OXÍGENO
El martes se cuantificó cuánto tiempo les quedaba de oxígeno. La Guardia Costera informó que a la tripulación solo le quedaban 40 horas –hasta primera hora del jueves– por lo que Estados Unidos y Canadá intensificaron las labores de búsqueda, con aviones y barcos equipados con drones subacuáticos.
A la búsqueda se pusieron numerosos recursos públicos y privados: desde un avión militar de transporte Lockheed C-130 Hercules de Estados Unidos hasta un avión Boeing P-8 Poseidon de Canadá, capaz de detectar objetos bajo el mar.
En la búsqueda participaron efectivos y recursos de EE.UU., Canadá, Francia y el Reino Unido, con aviones, embarcaciones y drones submarinos. Las operaciones se coordinaron en un centro de la ciudad de Boston.
MILLONARIOS Y AVENTUREROS
Con el paso de las horas empezó a ponerse nombre a los cinco ocupantes del vehículo, todos ellos millonarios o personas que han dedicado su vida a la aventura o la exploración
En él viajaban el empresario paquistaní Shahzada Dawood con su hijo Suleman, estudiante de 19 años; el explorador británico Hamish Harding; el explorador francés Paul-Henry Nargeolet y el consejero delegado de la firma OceanGate, Stockton Rush.
También comenzaron a conocerse algunos detalles sobre cómo era el sumergible. Entre ellos el del tamaño de su interior, parecido al de una minifurgoneta.
En cada inmersión, los cinco tripulantes son obligados a descalzarse y sentarse con las piernas cruzadas en el mismo suelo, ya que no hay asientos, para caber en el cilindro de 670 centímetros de largo. Dentro de la nave solo hay una ventanilla para poder ver el exterior por turnos.
HALLAZGO DE RUIDOS
El martes por la noche, la Guardia Costera informó que varias boyas de sonar colocadas por aviones canadienses habían detectado algún tipo de ruido.
El miércoles se explicó que expertos de la Marina estaban estudiando los ruidos detectados en “un sitio increíblemente complejo” donde “hay mucho metal y diferentes objetos en el agua”, precisó el contralmirante de la Guardia Costera estadounidense, John Mauger.
Aseguró que “mientras haya una oportunidad de supervivencia” se continuaría trabajando para tratar de localizar el sumergible.
SIN OXÍGENO
La hora límite para que los tripulantes se quedaran sin oxígeno se cumplió este jueves por la mañana. Aun así, el Mauger afirmó que la búsqueda y el rescate continuaban con la llegada de “nueva capacidad”.
“La voluntad de vivir de las personas también debe tenerse en cuenta”, dijo, por lo que se continuará “buscando y procediendo con los esfuerzos de rescate”.
Unas horas después la propia Guardia Costera adelantaba que había encontrado unos “escombros” cerca de la zona donde se hallan los restos del Titanic y que estaban siendo estudiados.
En la rueda de prensa posterior Mauger confirmó el peor presagio: los restos pertenecían al semisumergible y no había supervivientes.
Aun así, todavía quedan muchas incógnitas por despejarse. De hecho, las labores de recuperación de los restos continúan, para tratar de responder a alguna de las incógnitas de un suceso que ha tenido en vilo al mundo durante los últimos cuatro días.
CATASTRÓFICA
Los restos del submarino Titán fueron encontrados ayer, jueves, por un vehículo dirigido por control remoto (ROV) operado por el buque canadiense Horizon Arctic y posteriormente, expertos determinaron que “son consistentes con una implosión catastrófica”, es decir, una rotura y hundimiento provocados por la mayor presión del exterior.
La Marina de EE.UU. detectó implosión
La Marina estadounidense detectó el domingo el sonido de una implosión submarina que probablemente fuera la del sumergible Titán, confirmaron ayer, jueves, funcionarios del servicio a varios medios estadounidenses.
Según la Marina, la información se compartió inmediatamente con las autoridades a cargo de la misión de rescate, que decidieron continuar con la búsqueda para tratar de salvar las vidas de los cinco tripulantes, recoge The Washington Post.
Este jueves, la Guardia Costera de EE.UU. anunció que los “escombros” encontrados horas antes cerca de la zona donde se hallan los restos del Titanic corresponden a la parte externa del sumergible Titán, desparecido desde el domingo con cinco personas a bordo mientras realizaba una expedición para ver las ruinas del famoso transatlántico.
La empresa dueña del sumergible, OceanGate, confirmó el fallecimiento de los tripulantes minutos antes del anuncio de la Guardia Costera.
Las últimas tragedias en submarinos
La previsible implosión del batiscafo “Titán”, desaparecido el pasado domingo con cinco personas a bordo cuando intentaba llegar hasta los restos del Titanic, confirma una nueva tragedia de submarinos.
Esta es una relación de accidentes con víctimas mortales en submarinos que tuvieron repercusión en las dos últimas décadas:
El 12 de agosto de 2000, el submarino nuclear “Kursk”, considerado la joya de la Flota del Norte rusa, sufrió fallos técnicos durante unas maniobras navales y quedó sumergido en reposo en el fondo del Ártico con 118 tripulantes a bordo. Perecieron todos. Según la investigación, el accidente se debió la explosión por causas desconocidas de uno de los torpedos que portaba.
El 2 de mayo de 2003 se registró uno de los peores desastres navales de China. Los 70 tripulantes fallecieron tras un accidente mecánico del “submarino 316” en aguas de ese país, cerca de las islas Neichangshan.
El 8 noviembre 2008, al menos 20 muertos y otra veintena de heridos fue el balance de otro accidente mortal de un submarino ruso, el “K-152 Nerpa”, por un error humano durante sus pruebas de navegación, antes de ser alquilado a la armada india bajo el nombre de “Ins Chakra”.
El 18 de agosto de 2013, 18 marineros fallecieron en una explosión ocurrida en un submarino indio, el “INS Sindhurakshak”. En diciembre de 2014, un tribunal de instrucción naval llegó a la conclusión preliminar de que un error humano como resultado de la fatiga de la tripulación provocó la tragedia.
El 15 de noviembre de 2017 se perdió el contacto con el submarino de la Armada argentina “ARA San Juan”, con 44 tripulantes a bordo, a unas 240 millas (430 kilómetros) de la costa de la península Valdés (Chubut, Argentina). El día 18 se detectaron desde el submarino 7 llamadas satelitales sin establecerse contacto con distintas bases. Los restos fueron localizados justo un año después de hundirse a 907 metros de profundidad y a 500 kilómetros de la costa argentina.
El 21 de abril de 2021, los 53 tripulantes de un submarino indonesio, el “KRI Nanggala-402”, perdieron la vida tras existir problemas en el interior de la nave durante unas maniobras entre las islas de Bali y Java. Tres días después se dio oficialmente por hundido y se localizó partida en tres partes a 850 metros de profundidad.
El 19 de junio 2023 se dio por desaparecido al pequeño submarino “Titán”, de la compañía OceanGate Expeditions, que se utilizaba para transportar a turistas para ver los restos del “Titanic”. En ese viaje iban cuatro turistas y el piloto de la nave. Las labores de rescate han concluido este jueves que han perecido tras hallarse “escombros” de la nave cerca de donde reposa el transatlántico. La investigación permanece abierta.