Tarija: Hallazgo de Singry Paco complica más al sospechoso
Los restos óseos fueron hallados el 31 de mayo en San Isidro
Al cumplirse el plazo establecido para la reserva del caso, el Ministerio Público confirmó el lunes que los restos óseos hallados en la comunidad de San Isidro, Uriondo, pertenecen a Singry Anabel Paco. Las últimas pericias, sumadas al avance de la investigación, complican la situación de Pablo Marcelo A., cuya defensa habría intentado desviar el curso del proceso.
Quedan pendientes los resultados de ADN que se realizan en un laboratorio de La Paz, los análisis para confirmar que los rastros de sangre hallados en el vehículo del sospechoso pertenecen a la víctima, más una serie de audios de distintas fuentes.
“Como Ministerio Público, con responsabilidad podemos aseverar que los restos óseos encontrados pertenecen a Singry Paco. Lo podemos confirmar”, dijo la fiscal departamental, Sandra Gutiérrez.
Evidencia
Tras una alerta de comunarios, el 31 de mayo el personal de la Policía y Fiscalía realizaron el levantamiento de restos óseos en un descampado en la comunidad de San Isidro.
Además, había en el lugar un teléfono celular y restos de prendas de vestir. La fiscal señaló que la madre y hermanas de la víctima acudieron ese mismo día a la morgue, donde reconocieron el dispositivo, la ropa y una riñonera.
Lo que demoró más tiempo fue el examen dental, pero su resultado fue concluyente. El análisis lo realizó la odontóloga de cabecera, quien le había hecho trabajos de implantes y otros a la víctima.
La autoridad dijo que se comunicó con el Instituto de Investigación Forense (IDIF) de La Paz para agilizar el examen de ADN y las pericias que puedan dar indicios sobre la data de la muerte o las posibles causas, además del análisis del celular.
“Ya tenemos una teoría, pero cuando salgamos a la prensa va a ser con información fidedigna y corroborada, con pruebas fehacientes”, declaró.
Detenido Marcelo Pablo A. guarda detención preventiva desde el 11 de abril imputado por presunto feminicidio
Imputados
El principal sospechoso en el caso es Marcelo Pablo A., expareja de la víctima, quien guarda detención preventiva desde el 11 de abril, luego de ser imputado por presunto feminicidio. También está procesada la supuesta pareja del sindicado, ella enfrenta cargos por complicidad, pero goza de medidas sustitutivas a la reclusión.
Desde la apertura de su proceso, la familia de Marcelo se pronunció recurrentemente defendiendo su inocencia. Sin embargo, para la Fiscalía hay un intento por obstaculizar la investigación.
“Presentaron un memorial días antes del hallazgo de los restos, indicando que ella se encontraba viva. Dijeron que la habrían visto en el mirador de La Loma de San Juan y que, al verse descubierta, se habría dado a la fuga. Se ha investigado esos extremos para que se desmienta la versión de que el Ministerio Público no está haciendo su trabajo objetivamente”, dijo Gutiérrez.
Contrario a lo que manifestó la defensa de Marcelo, la Fiscalía confirmó haber realizado una prueba de luminol y haber encontrado rastros de sangre en el vehículo que pertenece a su padrastro, específicamente en el volante y la parte trasera. Ya se ordenaron otras pericias para verificar que esas muestras coincidan con el ADN de Singry.
Investigación pendiente
Por la supuesta aparición de audios presentados por la defensa, como también por la activista Melania Torrico, ya se realizó una audiencia para que todas las partes las conozcan, queda pendiente la pericia informática que demuestre su veracidad.
Se espera contar con al menos parte de los resultados, en un plazo de diez días.
Indagan la denuncia de tortura de un taxista
A dos días del hallazgo de los restos en Uriondo, un taxista identificado como Edgar M. denunció haber sido secuestrado y torturado por efectivos policiales, quienes supuestamente trataron de obligarlo a confesar su participación en el feminicidio.
La fiscal Sandra Gutiérrez aseguró que hay una investigación en marcha, un forense evaluó al taxista y le dio un día de impedimento. Sin embargo, aún no se logró identificar a los supuestos policías.
Fuente El País
