Desarticulan red de proxenetas: cliente es capturado tras comprar la virginidad de una adolescente
La Policía de Cochabamba desarticuló una banda de proxenetas que ofrecía en venta la virginidad de una adolescente de tan solo 14 años. Durante los operativos, no solo se detuvo a los responsables de esta cruel oferta, incluyendo a los tíos de la víctima, sino también a un hombre identificado como Israel H.A.C., de 35 años, quien habría pagado 4.000 bolivianos por mantener relaciones sexuales con la menor, lo cual constituye un delito grave. El arresto de esta persona tuvo lugar el martes 20 de junio en inmediaciones de la avenida Circunvalación y la calle La Paz, al norte de la ciudad.
Actualmente se encuentra bajo custodia policial a la espera de su audiencia de medidas cautelares, en la cual un juez determinará su situación legal.
Según el comandante departamental de la Policía, Ismael Villca, la División de Trata y Tráfico y Violencia Sexual y Comercial, a través de labores de patrullaje cibernético, descubrió en enero de este año la existencia de una red que ofrecía en venta la virginidad de una adolescente. Los clientes interesados se ponían en contacto con José R.P.M. (30) y Rolando P.M. (35), quienes eran los administradores de un lenocinio clandestino ubicado en la calle 16 de Julio, entre la avenida República y la calle Litoral, con el fin de concretar el acuerdo.
En enero, las autoridades policiales detuvieron a un total de cuatro personas implicadas en este caso. Primero, capturaron a los administradores del burdel, y después de descubrir que la adolescente seguía siendo víctima de violencia sexual, arrestaron a sus tíos, identificados como Anahí P.M. (29) y Juan P.S. (37), quienes ofrecían los servicios sexuales en otro domicilio donde funcionaba otro lenocinio clandestino ubicado en la avenida Independencia, entre las calles Manuela Rodríguez y M. Luisa Bustos. En la actualidad, todos los detenidos se encuentran recluidos en diferentes prisiones del departamento.
La Policía continuó con las diligencias investigativas, entre las cuales se incluyó la solicitud de certificaciones a compañías telefónicas para determinar la identidad de los clientes que habrían cometido el delito sexual contra la menor. Asimismo, se recogieron declaraciones de la víctima y de testigos, y se llevó a cabo un desfile identificativo para recabar más pruebas en el caso.