El dólar impulsa el auge del comercio fronterizo entre Bolivia y Argentina
El comercio entre Bolivia y Argentina atraviesa un período de notable dinamismo, impulsado por la afluencia masiva de compradores argentinos que encuentran precios más accesibles y un tipo de cambio favorable. Este fenómeno ha generado un impacto económico significativo en las regiones fronterizas, especialmente en Bermejo, donde el intercambio comercial ha revitalizado las ventas locales. Sin embargo, también ha desatado desafíos importantes para el mercado interno boliviano.
Desde finales de noviembre, se estima que entre 1.500 y 3.000 argentinos cruzan diariamente por el paso fronterizo entre Bermejo y Aguas Blancas, atraídos por el valor competitivo de productos como ropa, electrodomésticos y alimentos. Actualmente, el tipo de cambio, que sitúa a mil pesos argentinos en 9,50 bolivianos, les otorga un mayor poder adquisitivo en territorio boliviano.
Beneficios para los comerciantes locales
Para los gremios comerciales de Bermejo, este flujo ha representado un incremento del 20 al 30 por ciento en sus ventas, según Rubén Borja, líder de los trabajadores gremiales. Muchos ven esta situación como una oportunidad para recuperarse de meses de contracción económica, aunque reconocen que gran parte de las ganancias provienen de los compradores extranjeros.
El lado oscuro del auge
No obstante, esta bonanza ha traído consigo problemas que afectan directamente al mercado interno. Según Fernando Romero, presidente del Colegio de Economistas de Tarija, la creciente demanda de mayoristas bolivianos por atender al mercado transfronterizo ha generado desabastecimiento de productos esenciales como arroz y aceite en varias regiones del país. A esto se suma el alza de precios, afectando a los consumidores locales.
Además, el uso de dólares en las transacciones ha fomentado la informalidad y desplazado a pequeños comerciantes bolivianos. La falta de regulación en la frontera ha creado un entorno propicio para el contrabando, mientras que la preferencia de los mayoristas por vender a argentinos se debe a márgenes de ganancia más atractivos, superiores en un 10 a 15 por ciento respecto al mercado interno.
Riesgos y desafíos a futuro
Aunque los beneficios económicos son evidentes a corto plazo, la dinámica actual podría desestabilizar el mercado interno boliviano. Romero advierte que, de no implementarse controles efectivos, esta situación podría erosionar la economía formal y fomentar la inflación. Asimismo, la falta de fiscalización en las zonas fronterizas permite que estos intercambios se desarrollen en un contexto de informalidad.
Con el ciclo electoral acercándose en 2025, existe el riesgo de que estas problemáticas queden relegadas en la agenda gubernamental. Si no se adoptan medidas oportunas, el comercio nacional y las áreas fronterizas podrían enfrentar consecuencias irreversibles, afectando tanto la economía como la percepción de estabilidad en Bolivia.
Agencias